La pérdida de un hijo constituye una de las experiencias más dolorosas y traumáticas que puedan atravesar las parejas a lo largo de su vida. Durante los últimos años se han realizado estudios en relación a distintos tipos de duelo y cómo afecta a las personas, pero, la pérdida de un hijo en periodo perinatal continúa siendo poco estudiada. Los hombres se enfrentaban a la paternidad en el momento en que nacía su primer hijo o hasta que ese hijo había crecido; pero en la actualidad existen nuevos modelos de comportamiento relacionado con el embarazo, parto y crianza, por lo que la muerte de un hijo en la etapa perinatal es un evento traumático que impacta psicológicamente y que tiene consecuencias psicosociales importantes. Sin embargo, sigue siendo un duelo que la mayoría de los hombres que lo experimentan viven en silencio.
Los hombres pueden sentirse aún más aislados y solos con su duelo después de una muerte neonatal, ya que se espera que sean fuertes y den apoyo a la mujer. Si bien, ellos necesitan igualmente atención y apoyo, ya que al igual que sus parejas, también experimentan una alteración de la percepción y relación con el mundo externo a partir de la pérdida. Por otro lado, los sentimientos marcados de ausencia pueden evolucionar a sensaciones de vacío, vivencias de soledad o nostalgia y evocaciones más sosegadas en las fases de recuperación
Las manifestaciones patológicas de un duelo pueden ser múltiples, no siempre son reconocibles. Entre ellas podemos hallar negación o dificultad para aceptar la pérdida, fuertes sentimientos de culpa, rabia, abandono, excesiva prolongación en el tiempo, cambios emocionales bruscos o aparición de diversos cuadros psicopatológicos, con sintomatología de tipo depresivo, ansioso, somático, trastornos de la conducta, dependencias e incluso síntomas psicóticos.